Reflexiones incompletas: Libertad y locura


No son tan ajenas una de la otra como podría pensarse en un primer momento. Y no hablo simplemente de la libertad que cree poseer aquel a quien todos llaman loco. Todo lo aprehensible, a lo que tenemos acceso, lo que avistamos y podemos tomar, es siempre susceptible de ser apoderado por nosotros; es decir, podemos ser dominadores de ello. Siendo así, no cabe hablar de libertad. Lo que hace posible que podamos aprehender algo es la facultad de razonar (ratio). ¿Podemos decir entonces, que únicamente lo que escapa a la razón es verdaderamente libre?

Las categorías propias de la ratio son necesariamente límites, dentro de los cuales se mueve (ahí sí) “libremente” el pensamiento. Cada una de esas reglas le sirve para orientarse y dirigirse. Posibilita además esa maravillosa cualidad de compartición. Todo pensamiento sujeto a unas mismas categorías podrá ser primero expresado y luego comprendido.

Sin embargo, salta a la vista que toda norma es una prohibición. Así también las categorías. En el lenguaje, por ejemplo, si empezamos a cambiar la estructura gramatical de una frase, así como a desajustar la concordancia entre la conjugación del verbo y el sujeto que realiza la acción, estaremos violentando ciertas “prohibiciones” o normas, adquiriendo una mayor libertad en detrimento de su comprensibilidad.

Hay, no obstante, una diferencia cualitativa entre el lenguaje y el pensamiento. Como hemos visto en el ejemplo, las normas gramaticales y de otra índole que rigen el lenguaje compartido por los hablantes de una misma lengua pueden ser tomadas en cuenta o, simplemente, dejadas de lado. A su origen, más o menos arbitrario, se le une la aplicación siempre voluntaria (porque se supone que queremos, al usarlas, ser comprendidos por otros). A diferencia del lenguaje, el pensamiento no parece susceptible de saltarse las normas que rigen su configuración. Es más, su constitución, su formación, parece estar sujeta irremediablemente al cumplimiento obstinado de toda una serie de categorías que llamamos lógico-racionales.

Todo pensamiento, incluido el que llamamos presuntamente libre, se forma siempre por conexión con otros pensamientos (derivados de experiencias, etc.) hacia atrás (pasado), en el presente (inputs) y hacia el futuro (deseos, hipótesis, etc.). Por lo tanto un pensamiento nunca surge espontáneamente sino que debe su aparición y supervivencia a otros pensamientos que han servido como νόμος. Pero no se debe únicamente a una limitación hipervinculante, sino que su propia estructura atiende, además, a normas lógicas (mayoritariamente de carácter silogístico).

En ocasiones, cuando todo esto se intenta (voluntariamente) perturbar, cabe la posibilidad de aparición de un nuevo lenguaje, como en algunos casos la poesía. Y aunque puede ser en apariencia transgresor y renovador en cierto sentido, no se está logrando una ruptura real de ninguna categoría o norma, sino que simplemente se están empleando límites diferentes a los comúnmente aceptados pero que no dejan de estar en conexión con ellos, muy probablemente de manera inconsciente (lo que le otorga precisamente la apariencia de ruptura y transgresión). Este tipo de pensamiento (que da lugar a ese lenguaje subversivo) sigue estando encajonado; sigue siendo esclavo…¿o se ha liberado por completo?

2 comentarios el “Reflexiones incompletas: Libertad y locura

  1. Julio Ossa dice:

    Hola. Busco desesperadamente el libro Las Revelaciones de la Muerte de Leon Chestov. Veo que lo publicaste algún día de 2011. Crees que puedo conseguirlo de ti, que podrías pasarme el .pdf? Crees que sea posible? Muchas gracias por tu ayuda.
    Julio Ossa.

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